Descripción
Me llamo Feliciano, pero todos por aquí me llaman “El Cubano”.
Tengo dos ojos, como los demás. Pero miro lo que me interesa, eso sin más.
Cuanto me apetece canto. Cuando no pego un espanto.
Con un ojo digo sí y con el otro no. Y tengo que decir, que enamoro.
Pero no por mi voz. Porque digo lo que pienso, o pienso lo que digo.
Que de mi voz salen palabras mentales, cerebrales e intelectuales.
Que al final… son las que quedan. Si de mi quieres mentiras, serán verdaderas.
Porque en vez de lengua tengo sesos. Y mis cervicales indican mis debilidades y deseos.
Ni vine de Cuba, ni mi palabra es la Ley. Pero estuve en Cienfuegos, y nací en La Ciudad Sin Ley.
Huesos de coral negro y uñas de carey. Feliciano es mi nombre.
Y sí… Mi corazón palpita porque el amor entró en mí.
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